Gazoline nos traslada a Clichy, en la periferia parisina, días después que haya habido conflictos callejeros en otras banlieues. Allí un grupo de jóvenes —franceses, pero descendientes de inmigrantes— pretende hacerse oír quemando un coche oficial que queda allí aparcado de noche.
Los personajes de esta obra presentan características asociadas con los problemas de la inmigración (el racismo, la pobreza, la radicalización religiosa…), pero, ante todo, participan de aspectos humanos universales, como los afectos, las esperanzas y las aspiraciones.