Al llegar todos nos hemos colocado en la butacas ocupando casi toda la sala, luego empezó lo bueno, un poco de buena música de la cual nos iba explicando el porqué de las canciones (como por ejemplo ‘Por no saberte decir’ que fue un amor de instituto.) pero lo que me gusto fueron las letras, el significado y que se notaba que le gustaba lo que hacía por lo cual se transmitía y hacía que lo pasáramos tan bien.
Yo quise asistir porque yo conocía el rap pero muy superficialmente y me interesaba conocerlo más a fondo y de esta forma también poder disfrutarlo fuera del establecimiento. Además de poder cambiar o confirma la forma de ser de los raperos.
De este conciertazo mi canción favorita fue la de ‘quiero ser negro’ que habla sobre el racismo haciendo te identificar a algunas de las personas de color más conocidas y haciéndote comparaciones de éstas con algunas de nuestras referencias.
Más tarde vino mi parte favorita que fueron “las peleas de gallos” en las cuales los raperos participaron entre ellos intentando dejar en mal lugar a su o sus contrincantes pero siempre desde el mayor de los respetos, claro.
Pero por desgracia hubo algo que no me gusto nada que fue el tiempo. Como nos había gustado tanto y habíamos estado tan a gusto allí no nos gusto nada la ideas de tener que regresar al instituto.
Para mí una gran experiencia que repetiría sin dudarlo.