Dado que la realidad criminal forma parte de toda sociedad y en buena medida es un reflejo de esta, la novela negra no hace otra cosa que describir la naturaleza humana. En este sentido, Cervantes fue capaz de retratar la condición humana de manera inigualable. El Quijote refleja la complejidad del ser humano y de la sociedad del XVII, pero como clásico que es perdura su validez en la actualidad. En Rinconete y Cortadillo se ve lo que sucede en una sociedad en la que salen adelante los criminales, en la que triunfan los que juegan sucio. Ahora que la picaresca y la corrupción no es un plato de buen gusto pero sí nos desayunamos con ella a diario, sus obras nos iluminan y señalan con dedo acusador.
Pero Cervantes muestra cómo el ser humano siempre tiene la posibilidad de elegir entre actuar de una u otra forma. En España, un país que descuida la cultura, que ignora la envergadura de este insigne escritor cuya relevancia es tal que, incluso 400 años después, influye incluso en aquellos que no lo han leído, deberíamos ser conscientes de enseñar y aprender que responsabilidad y libertad han de ser compatibles.